Cómo escribir una escena en 11 pasos
14/09/2019
Alguien dijo una vez que las escenas son ladrillos y la película
un muro, pues son éstas las que conforman poco a poco el argumento y las que
determinan el conjunto total. John August es un guionista
y director de cine, muy conocido por sus frecuentes colaboraciones en
guiones junto al archiconocido Tim Burton, en películas
como Dark Shadows, Corpse Bride, Big Fish, Charlie
and the Chocolate Factory, y Frankenweenie, entre otras muchas.
En su blog, August ofrece una serie de
lecciones orientativas sobre su manera de contar una historia. Estas
lecciones se resumen en 11 pasos, 11 pasos sobre cómo escribir una escena.
1.
¿Qué debe ocurrir en la escena?
Esto no lo deciden los personajes, lo decide el
escritor. Tú. ¿Qué necesitas que ocurra? ¿Qué quieres que ocurra? Haz un boceto
mental muy básico, y que pueda resumirse en pocas palabras, sobre lo que debe
ocurrir en la escena que vas a desarrollar. Al menos necesitas una idea
aproximada de lo que vas a contar. No respondas a las demás preguntas
hasta que no tengas claro este punto.
2. ¿Qué ocurriría si la
escena fuese omitida?
Si te has planteado incluir una escena concreta en tu
historia tiene que tener un motivo de peso. No incluyas algo simplemente porque
te parece divertido, o porque te gusta cómo funciona como escena independiente.
Recuerda que estás trabajando con ladrillos, e intentas construir un muro. Si
en ese muro de ladrillos rojos colocas un ladrillo blanco porque sí, porque te
gusta el color blanco, el resultado final va a ser incómodo para la vista.
El espectador notará fácilmente que esa escena está de más, pues no
existe cohesión con el resto de la historia.
3. ¿Quién debería estar
en la escena?
Echa un ojo atrás a tus personajes y haz un repaso. A
veces tenemos muy clara una escena, tanto que pasamos por alto qué tal sería
meter a un personaje inesperado en ella. Haz un ejercicio mental e imagina qué
pasaría si personajes con los que no contabas apareciesen y le diesen un giro
interesante a la trama. Para pasar a la siguiente pregunta primero debes
tener muy claro qué personajes son clave en la escena que vas a narrar.
4. ¿Dónde podría tener
lugar la escena?
Nunca te aferres a un único escenario, baraja y medita
todas las opciones posibles. No ancles una escena a un lugar antes de tener
todo lo demás desarrollado. Del teatro hemos aprendido que lo más importante de
una escena son los personajes y sus diálogos. El decorado es secundario. Decide
cuál sería el lugar idóneo para dicha escena una vez hayas concretado los
acontecimientos que van a ocurrir, nunca lo hagas al revés.
5. ¿Qué es lo más
sorprendente que podría ocurrir en la escena?
Una de las herramientas más poderosas del escritor es
su imaginación, por no decir la más poderosa. Utilízala para imaginar infinitas
posibilidades y eventos que harían de la escena algo maravilloso. Algo
sorprendente no tiene por qué ser necesariamente la aparición de un personaje,
o una acción en concreto. A veces basta con una frase del personaje menos
esperado para ponerlo todo patas arriba.
6. ¿Es una escena larga
o una escena corta?
Sé consciente del tiempo que va a llevar esta escena
desde el principio. No empieces a amontonar acontecimientos sin venir a cuento,
alargarás una escena que ya de por sí era perfecta hace un buen rato. Sintetiza
todo lo que puedas: aunque este método es válido para escribir una novela, está
enfocado principalmente al cine. Y a la hora de montar una película cada
segundo es crucial. Debes prescindir de toda la información obvia e
innecesaria.
7. Haz una tormenta de
ideas para obtener al menos tres posibles desenlaces de dicha escena.
Todo proceso creativo requiere una montaña de ideas.
Un brainstorming, o tormenta de ideas, consiste en exprimir todas
las ideas que se te pasen por la cabeza y anotarlas. Por muy absurda que
sea, esa idea puede transformarse en algo genial. O quizá dos malas ideas sin
sentido pueden unirse y dar como resultado algo magnífico. Elige tres posibles
desenlaces para la escena a partir de un brainstorming y
selecciona la que consideres más adecuada para el conjunto final.
8. Reproduce la escena
en tu cabeza.
Imagina que vas al cine a ver la escena que quieres
escribir. Visualiza una pantalla donde se sucede la secuencia tal y como te
gustaría. Cuando hayas visto claramente lo que quieres ver, pasa al
siguiente paso y reprodúcelo sobre el papel.
9. Haz un borrador.
Escribe un borrador del guión. No profundices en
detalles, limítate a captar la esencia de la escena. Aunque en tu mente ya sea
algo sólido, necesitas verlo plasmado en una hoja. Muchos errores sólo se
manifiestan cuando nos ponemos a escribir.
10. Escribe la escena
completa.
Llegados a este punto ya sabes lo que tiene que
ocurrir, dónde tiene que ocurrir y a quienes les tiene que ocurrir.
Ya sabes la duración de la escena. Ya has barajado todas las opciones y te has
decantado por las mejores. Además tienes un borrador que te ha permitido
encontrar los últimos fallos de tu guión. Ahora sólo queda plasmarlo todo en un
papel, esta vez definitivamente y con todo lujo de detalles.
11. Repite 200 veces.
Cuando nos decantamos por el oficio de escritor, ya
sea para prensa, editorial, guión, etcétera, sabemos dónde nos estamos
metiendo. Es un trabajo que consiste en repetir una y mil veces, hasta que todo
quede tal y como queremos. Una película tiene aproximadamente 200 escenas, 200
ladrillos, así que acostúmbrate a repetir este proceso sin
frustrarte. Necesitarás tiempo y paciencia para conseguir buenos resultados,
pero merece la pena.
Haz la prueba. Sigue estos consejos y escribe una
escena, aunque sólo sea para comprobar el resultado. Con un poco de
práctica terminarás desarrollando escenas estupendas casi de manera
automática.
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