viernes, 9 de agosto de 2019

EL CONFLICTO NARRATIVO: EL MOTOR DE LA HISTORIA

EL CONFLICTO NARRATIVO: EL MOTOR DE LA HISTORIA

Aprender a crear el conflicto de una historia es esencial a la hora de escribir un texto narrativo, ya sea un cuento o una novela. Imagina que leyeras una historia en la que el personaje principal es perfecto, no tiene ninguna necesidad, ni miedos ni problemas. Vive en un entorno agradable, tiene relaciones felices y equilibradas, familia y amigos, un gran trabajo y buen jefe, gana un montón de dinero y goza de buena salud: todo le va estupendamente. En otras palabras, imagina una historia en la que, el protagonista no tiene ninguna complicación, nada de qué preocuparse. Un personaje comienza siendo feliz, sigue siendo feliz y es feliz hasta el final. ¿Te parece interesante? No mucho, ¿verdad?
Imagínate leyendo más y más páginas acerca de esta maravillosa persona y su maravillosa vida. ¿Cuántas páginas crees que podrás leer antes de cerrar libro? En narrativa, ya sea en el cuento, la novela o la narrativa audiovisual, la clave es el conflicto, una historia con un buen conflicto atrapa al lector.
Un buen libro es, en otras cosas, aquel que no puedes dejar de leer, es un libro que engancha. Que te mueres por llegar a casa para seguir leyendo, que cuando hablas de la historia con alguno de tus amigos te tienes que morder la lengua para no decirles lo que sucede al final. Y para que esto ocurra necesitamos un conflicto o complicación.

El conflicto narrativo debe tener fuerza

Consciente o inconscientemente, todos queremos que algo suceda a los personajes de una historia. Me refiero a algo que le afecte lo suficiente para cambiar su camino, que le haga emprender un viaje o intentar alcanzar una meta concreta. El conflicto es lo que diferencia una historia de un listado de sucesos, de una serie de hechos o experiencias que vive el protagonista, pero que no llevan a ningún lado. Un conflicto narrativo tiene que tener la suficiente fuerza como para hacer variar el rumbo de la vida del protagonista. Que el personaje tenga algún problema a la hora de realizar alguna tarea cotidiana no es suficiente. Si se le ha roto el ordenador, o se ha quedado sin batería en el coche, no nos interesa. Que la persona de la que se ha enamorado no le corresponde, eso es otra cosa.

El conflicto: un camino lleno de obstáculos

Como dice David Harris, de la Gotham Writers’ Workshop, para que la historia funcione hay que sembrar obstáculos en el camino de nuestro personaje principal. Esos obstáculos crearán un conflicto. Y es que para tener un conflicto, el protagonista no puede tener las cosas fáciles. Si fuera así, se acabaría la historia.
No siempre, sin embargo, el conflicto y los obstáculos serán evidentes. En ocasiones los conflictos son internos, tiene que ver con la psicología del personaje y pueden no estar en la superficie, pero, pese a ello, influir en sus decisiones y en el desenlace de la historia. Y es que el conflicto actúa como motor de la historia.

Deseo y conflicto, fuerzas enfrentadas

Una de las cosas más importante a la hora de diseñar el conflicto narrativo es que siempre hay que tener en cuenta que para que exista un conflicto, debe haber un par de fuerzas contrarias, dos fuerzas que se oponen y crean la tensión narrativa la historia. En el caso de un cuento o de una novela, las fuerzas opuestas son el conflicto y el deseo del protagonista. Estas fuerzas enfrentadas generarán preguntas al lector que la historia tratará después de responder.

Una novela: varios conflictos

En un cuento, solo puede existir un conflicto, porque en él solo desarrollamos un tema. Pero en la novela, tendremos un conflicto por cada una de las tramas o subtramas que desarrollemos en ella. Como mínimo habrá dos, una de la trama principal y otra en la trama secundaria, con frecuencia, llamada subtrama emocional.

Resolver el conflicto

Al llegar al desenlace, deberá resolverse el conflicto. Este llega a su máxima expresión en el clímax, punto de mayor tensión, que se liberará después en la crisis. El diseño del desenlace no puede, por tanto, ser algo arbitrario. Resuelve el conflicto, y tiene por tanto relación con todas las decisiones y complicaciones a las que se haya enfrentado el protagonista en el nudo.

¿Cómo sé si he construido un buen conflicto?

Es difícil generalizar, pero trato de darte algunos consejos.
Por ejemplo, cuando pensamos que nuestra novela es una novela de más de doscientas páginas y resulta que después de escribir cincuenta parece que ya no tenemos nada que decir, es un indicio de que el conflicto narrativo no sea la suficientemente fuerte. Recuerda que el prota no puede tenerlo fácil. Tal vez al revisar el borrador te des cuenta que cosa que se propone, cosa que consigue, sin encontrarse ningún revés ni tener dudas respecto de lo que tiene que hacer. Vale que sea el héroe, pero no es perfecto.
Con frecuencia, un conflicto fuerte no solo no resulta fácil de solucionar, sino que conlleva algún dilema para el protagonista. Tal vez tenga que renunciar a algo, tal vez pagar un precio muy alto. Ya sabes quién algo quiere…
ESCUELA DE ESCRITURA CREATIVA ONISS-MINISTERIO DE EDUCACION-LIMA-PERU.

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