La escena
Una escena es una unidad narrativa
que explica una acción que sucede en un espacio y un tiempo determinado. Parece
un concepto muy rígido, pero en la práctica no lo es tanto. Veamos por qué.
Una escena no es más que cada una de las subdivisiones
que damos a un capítulo. Engloban momentos y lugares concretos e,
incluso, una continuidad en los personajes que aparecen. Pero eso no implica
que debamos considerar una escena a cada uno de los cambios que decidamos
realizar en estos tres elementos. Una escena, por ejemplo, puede incluir
una elipsis, siempre que no altere en exceso la unidad
narrativa que representa. Por ejemplo, si una elipsis que interrumpe lo que se
está contando se sitúa horas después, pero en el mismo lugar y con el paso del
tiempo como único cambio, lo podemos considerar parte de la misma escena. Si,
en cambio, nos situa tan sólo con algunos de los personajes que aparecían antes
de dicha elipsis y con un cambio espacial evidente.
Elementos
de la escena
Este punto es muy extenso y vamos a tratar de
sintetizar los principales elementos que las componen. Pensemos que si en la
escaleta queremos dejar claros todos estos elementos, esta herramienta nos será
aún más útil durante el proceso de escritura. Al final, como cualquier otra
unidad narrativa, debería contener las tres fases de la narración. Pero vayamos un poco más allá:
- Objetivo: toda
escena debe tener un objetivo claro dentro de la trama. No es necesario
que en cada una de ellas haya un acontecimiento extraordinario o suceda
una gran cambio, pero sí que tenemos que tener claro en qué beneficia a
la historia. Los objetivos pueden ser muy diversos: desde
perfilar un personaje, sentar las bases de un twist, crear suspense,
desorientar al lector en una investigación, revelar un gran secreto,
transmitir o describir una sociedad, un momento en concreto... Pensemos
que los objetivos de las escenas de una novela costumbrista y de un
thriller serán siempre muy distintos.
- Problema: toda
escena debe tener un conflicto, por pequeño que sea. Pongamos ejemplos: un conflicto podría ser que
el protagonista deba escoger entre irse a la guerra o desertar por
amor. Otro, que no consigue quitar una mancha de su camisa. Sea cuál
sea, esos mínimos dilemas o problemas que los personajes deben superar
dotan a la escena de interés y ritmo. Eso también implica que sus
personajes tendrán un objetivo dentro de la escena (diferente del de la
propia escena). Hasta las escenas más descriptivas pueden llegar a tener
su pequeño conflicto.
- Reacción: una
escena también puede suponer una reacción al conflicto de la anterior.
Éste mismo genera el conflicto de la escena de “reacción” y, muchas veces,
suponen un puente hacia otra escena o incluye un giro inesperado en la
trama. Imaginemos que en la escena A, María quiere sorprender a su marido,
cosa que siempre es complicada (conflicto) y descubre que su marido tiene
una amante (punto de giro y fin de les escena). En la escena B, vemos que
María parece calmada. Coge una sierra mecánica, se dirige al patio de la
casa y corta un árbol que plantó su marido, al que dedica mucho tiempo y
al que prácticamente ama. El conflicto, pues, no es otro que la reacción
de María. Pero, hemos hablado de giro inesperado, ¿no? Quizá, lo lógico es
que la consecuencia de la tala sea un cabreo monumental del marido. Así
que la escena de reacción puede acabar ahí, con su coherencia plena, o
podemos jugar, si nos interesa para la trama, a que el árbol caiga sobre
la verja del vecino, destruyendo parte de la misma junto con la casa del
perro. Esto nos puede llevar al conflicto con la siguiente escena.
¿Es la escena necesaria?
Este punto es muy importante ya que nos llevará a
decidir si una escena tiene sentido o no dentro del global. A cada escena
planteémonos: ¿Es realmente necesaria? Si la eliminamos, ¿la historia tiene
sentido? ¿Qué aporta? Responder sinceramente a estas preguntas nos ayudará a
que nuestra novela gane o no ritmo. Pero, ojo, no hay una ley escrita para
ello. Ponemos el mismo ejemplo: no responderemos de la misma manera a estas
preguntas si tenemos entre manos una novela costumbrista que un thriller. Los
tempos, objetivos, conflictos etc… de ambos son muy diferentes.
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