viernes, 10 de agosto de 2018

MUSICALIDAD EN LA NARRATIVA


MUSICALIDAD EN LA NARRATIVA
EJERCICIOS

#1

Escribir estos párrafos me costó horas. Queremos captar la atención de nuestro lector y producirle algo con cada texto que escribimos. No queremos simplificar lo complejo sino contarlo, analizarlo, explicarlo. Lo que sí queremos es no complicar lo simple. Las palabras, amigo, son unidades de sentido. Pero su sucesión forma unidades de sonido. Nada me resulta más triste que un texto bien informado, bien estructurado, bien dotado de personajes y de historias, pero que suena mal: que no encontró su música. Cuando escribes ¿lees en voz alta lo que escribiste? Para mí, una parte de mi trabajo consiste en ir oyendo lo que escribo, en hacer pequeños ajustes que permiten que una frase fluya. Los párrafos que te pongo abajo creo que lograron la musicalidad. Son textos que he presentado aquí. Otro día te hablo de los octosílabos y endecasílabos.
“La veo entrar con esa sonrisa franca y despreocupada, con su encanto natural, con la seguridad de sus ojos de almendra, de su melena morena, con esa silueta discreta de curvas siderales que se anuncian pero no se enseñan.” EL ÚLTIMO BESO. (párrafo inicial)


  
“Si yo pudiera, si supiera contar la torpedad en la mirada del muchacho—menos de 25—sentado en una puestito de una calle mugrienta de Sri Lanka, su pantalón gris sucio, la musculosa negra, las chancletas, una punta de barba en el mentón, su pelo gris al ras, que va sacando de su plato de plástico naranja con la mano derecha pedazos de un pescado chico, carne oscura, y los moja en una salsa más oscura, se los mete en la boca, los completa con una mano de arroz blanco y vuelve a mirar, torvo, alrededor, y yo creo que es la mirada de alguien que sabe matar o que podría matar o que ha matado—aunque seguramente sea la mirada de otra cosa que no sé, que no entiendo.” TODAVIA NO LE HE PUESTO EL TÍTULO. (párrafo inicial)
----
“Olvidé qué aspecto tenía, qué sensación producía, cómo olía, mientras penetraba cada vez más profundamente en la noche de la caverna insondable. La seguía hasta el agujero más profundo de su ser, hasta el osario de su alma, hasta el aliento que todavía no había expirado de sus labios. Busqué incansablemente a aquella cuyo nombre no estaba escrito en ninguna parte, penetré hasta el altar mismo y no encontré nada. Fue el último beso.” EL ÚLTIMO BESO. (párrafo final)
-----
“Muy escondida detrás de tamaña figura, su nieta, Paquita. Con su vestido azul, de falda tipo campana, con vuelos. Se notaba tan espectacular su venir, como, sospecho, que su ir. O sea, era toda un palíndromo…una "luz azul." Hembra de veinte abriles, de pelo rizoso, abundantísimo y negro como el azabache, con ojos de antílope en celo, tez fina y renegrearte, de facciones enérgicas como las de una gitana adolescente, cuerpo de arrogantes curvaturas y suelto, ágil como el de la más gentil bailadora.” LOS CASO POLICIALES DE LA ABUELA PACA Y PAQUITA (V)


No hay comentarios:

Publicar un comentario