MUSICALIDAD EN LA NARRATIVA
EJERCICIOS
#1
Escribir
estos párrafos me costó horas. Queremos captar la atención de nuestro lector y
producirle algo con cada texto que escribimos. No queremos simplificar lo
complejo sino contarlo, analizarlo, explicarlo. Lo que sí queremos es no
complicar lo simple. Las palabras, amigo, son unidades de sentido. Pero su
sucesión forma unidades de sonido. Nada me resulta más triste que un texto bien
informado, bien estructurado, bien dotado de personajes y de historias, pero
que suena mal: que no encontró su música. Cuando escribes ¿lees en voz alta lo
que escribiste? Para mí, una parte de mi trabajo consiste en ir oyendo lo que escribo,
en hacer pequeños ajustes que permiten que una frase fluya. Los párrafos que te
pongo abajo creo que lograron la musicalidad. Son textos que he presentado
aquí. Otro día te hablo de los octosílabos y endecasílabos.
“La veo entrar con esa sonrisa franca y despreocupada, con su encanto natural, con la seguridad de sus ojos de almendra, de su melena morena, con esa silueta discreta de curvas siderales que se anuncian pero no se enseñan.” EL ÚLTIMO BESO. (párrafo inicial)
“La veo entrar con esa sonrisa franca y despreocupada, con su encanto natural, con la seguridad de sus ojos de almendra, de su melena morena, con esa silueta discreta de curvas siderales que se anuncian pero no se enseñan.” EL ÚLTIMO BESO. (párrafo inicial)
“Si yo pudiera, si supiera contar la torpedad
en la mirada del muchacho—menos de 25—sentado en una puestito de una calle
mugrienta de Sri Lanka, su pantalón gris sucio, la musculosa negra, las
chancletas, una punta de barba en el mentón, su pelo gris al ras, que va
sacando de su plato de plástico naranja con la mano derecha pedazos de un
pescado chico, carne oscura, y los moja en una salsa más oscura, se los mete en
la boca, los completa con una mano de arroz blanco y vuelve a mirar, torvo,
alrededor, y yo creo que es la mirada de alguien que sabe matar o que podría
matar o que ha matado—aunque seguramente sea la mirada de otra cosa que no sé,
que no entiendo.” TODAVIA NO LE HE PUESTO EL TÍTULO. (párrafo inicial)
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“Olvidé qué aspecto tenía, qué sensación producía, cómo olía, mientras penetraba cada vez más profundamente en la noche de la caverna insondable. La seguía hasta el agujero más profundo de su ser, hasta el osario de su alma, hasta el aliento que todavía no había expirado de sus labios. Busqué incansablemente a aquella cuyo nombre no estaba escrito en ninguna parte, penetré hasta el altar mismo y no encontré nada. Fue el último beso.” EL ÚLTIMO BESO. (párrafo final)
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“Muy escondida detrás de tamaña figura, su nieta, Paquita. Con su vestido azul, de falda tipo campana, con vuelos. Se notaba tan espectacular su venir, como, sospecho, que su ir. O sea, era toda un palíndromo…una "luz azul." Hembra de veinte abriles, de pelo rizoso, abundantísimo y negro como el azabache, con ojos de antílope en celo, tez fina y renegrearte, de facciones enérgicas como las de una gitana adolescente, cuerpo de arrogantes curvaturas y suelto, ágil como el de la más gentil bailadora.” LOS CASO POLICIALES DE LA ABUELA PACA Y PAQUITA (V)
“Olvidé qué aspecto tenía, qué sensación producía, cómo olía, mientras penetraba cada vez más profundamente en la noche de la caverna insondable. La seguía hasta el agujero más profundo de su ser, hasta el osario de su alma, hasta el aliento que todavía no había expirado de sus labios. Busqué incansablemente a aquella cuyo nombre no estaba escrito en ninguna parte, penetré hasta el altar mismo y no encontré nada. Fue el último beso.” EL ÚLTIMO BESO. (párrafo final)
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“Muy escondida detrás de tamaña figura, su nieta, Paquita. Con su vestido azul, de falda tipo campana, con vuelos. Se notaba tan espectacular su venir, como, sospecho, que su ir. O sea, era toda un palíndromo…una "luz azul." Hembra de veinte abriles, de pelo rizoso, abundantísimo y negro como el azabache, con ojos de antílope en celo, tez fina y renegrearte, de facciones enérgicas como las de una gitana adolescente, cuerpo de arrogantes curvaturas y suelto, ágil como el de la más gentil bailadora.” LOS CASO POLICIALES DE LA ABUELA PACA Y PAQUITA (V)
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