CREACION LITERARIA
LUIS TEJADA RIVERA
1.-TRES TIPOS DE
NARRADORES
Narraciones en primera
persona
La ventaja del “yo” radica en que convenzo al lector por mi verosimilitud. Mi fuerza radica en el grado de intimidad que expreso. Con el uso de la primera persona gramatical, indico que fui testigo de lo acaecido.
La ventaja del “yo” radica en que convenzo al lector por mi verosimilitud. Mi fuerza radica en el grado de intimidad que expreso. Con el uso de la primera persona gramatical, indico que fui testigo de lo acaecido.
Narraciones en tercera
persona.
La tercera persona cuenta desde fuera la acción, mediante un narrador oculto y sabelotodo. El autor impone su autoridad. Él conoce tanto la acción como las sensaciones y pensamientos del personaje.
La tercera persona cuenta desde fuera la acción, mediante un narrador oculto y sabelotodo. El autor impone su autoridad. Él conoce tanto la acción como las sensaciones y pensamientos del personaje.
Narraciones en segunda
persona.
La segunda persona te cuenta una historia en forma de diálogo entre dos, pero en el que sólo te habla uno. Con el tú, provocas empatía entre el lector y el protagonista. En un primer momento, sobresaltas al lector, porque éste se siente aludido y acusado. Sólo después, le adviertes que no era a él a quien hablabas, sino al protagonista.
La segunda persona te cuenta una historia en forma de diálogo entre dos, pero en el que sólo te habla uno. Con el tú, provocas empatía entre el lector y el protagonista. En un primer momento, sobresaltas al lector, porque éste se siente aludido y acusado. Sólo después, le adviertes que no era a él a quien hablabas, sino al protagonista.
Como
ejercicio, un ejemplo. Escribiremos de nuevo, en segunda y en primera
persona, El eclipse,
de Augusto Monterroso. para ver el efecto del cambio.
“Cuando
fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo.
La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable, definitiva. Ante
su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. (…) Al
despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que
se disponían a sacrificarlo”.
Si lo
comienzo en primera, veo que el cuento carece de consistencia, porque el
personaje, al final, muere. Si lo narras en segunda, como lector te preguntas
por qué el narrador no evitó el desenlace. Con este ejemplo, tenemos la
respuesta. El porqué de la tercera persona elegida por el escritor guatemalteco
para eclipsarnos.
2.-PUNTOS DE VISTA DEL NARRADOR
Punto de Vista
Objetivo o Narrador Testigo: El narrador está mirando desde
fuera de los personajes todo el tiempo, describiendo las acciones como si fuese
un reportero viendo un hecho. El narrador no nos informa nada de lo que el
personaje piensa o siente, cuales son sus planes, que pretende, etc. El
narrador es tan espectador como nosotros viendo una obra de teatro. Escribiendo
con este punto de vista logramos poca intimidad e identificación, y se usa
poco, cuando se quiere generar un aire de misterio sobre los personajes, que
son de algún modo tan desconocidos e impenetrables para el narrador como para
el lector.
· Punto de Vista
Objetivo Modificado, o Narrador Testigo con opinión: Tal como el
anterior, el narrador nos cuenta lo que ve, pero esta vez, aunque no conoce los
pensamientos o planes del personaje, hace presunciones al respecto,
“adivinando” que pasa por sus cabezas. A veces estos pronósticos son errados,
generando un narrador no confiable. El narrador describe honestamente lo que
está pasando, y saca conclusiones tal como nosotros podríamos hacerlo, quizás
mejor por su eventual “conocimiento” de los personajes. Lo importante es la
honestidad, un narrador que mienta, no es un narrador objetivo y probablemente
el lector lo rechace como tal. Acá se logra una mayor intimidad con el
personaje porque existe la ilusión de un punto de vista subjetivo, al hacer
presunciones de lo que va por la cabeza de los personajes. Es bastante común
verlo en reportajes largos o crónicas de hechos reales.
· Punto de Vista
Subjetivo en Primera Persona: Acá el narrador es uno de los
personajes de la historia, y todo va teñido de su visión, haciéndolo subjetivo.
Tenemos acceso directo, eso sí, a los pensamientos de un personaje, el narrador
mismo. Acá tenemos una subdivisión, con la opción de tener un narrador
protagonista, como en “Hunter”, o un narrador que es personaje
secundario, como en “Sherlock Holmes” en el que Watson nos cuenta la historia.
De algún modo, el segundo es como un narrador testigo con opinión, pero que
además nos puede contar sus pensamientos y planes.
El narrador en primera
persona suele usarse en novelas negras o policiacas, y suele ser bastante
atractivo y llamativo para los que comienzan a escribir, pues es cómodo
escribir desde uno, como una carta o un diario. Sin embargo, es difícil dominar
una narrativa larga en primera persona, pues no podemos contar lo que el
personaje no ve, y definir los sentimientos y pensamientos de otros a través
del personaje narrador genera una distancia de esos personajes y se vuelve
complejo. Muchas veces se tiene que recurrir a terceros personajes que cuenten
lo que sucedió, para poder tener el cuadro completo.
· Punto de Vista
Omnisciente: Probablemente este todos lo recuerdan, el narrador que todo lo sabe.
Entra y sale de la cabeza de los personajes como Pedro por su casa, e incluso a
veces nos da avances de lo que viene en la historia con comentarios como “No
sabía que lo peor estaba por venir” o “ si no hubiese cogido ese taxi las cosas
hubiesen sido muy diferentes”. Al ver los pensamientos de los personajes
directamente, este punto de vista se vuelve el más subjetivo de todos, pues
cada uno ve las cosas como quiere. Esto nos da una imagen completa de todo lo
que rodea la obra, pero al cambiar constantemente de punto de vista de los
personajes, o sus pensamientos si se quiere, genera poca identificación e
intimidad con los personajes, pues hay una suerte de promiscuidad de
pensamientos.
· Punto de vista
Omnisciente Limitado: Acá, tal como en el anterior, el narrador entra en la mente de los
personajes, pero no de todos, sino que solo de algunos, probablemente del
protagonista y de algunos más. Esto logra la intimidad necesaria, la identificación
con el personaje desde el cual estamos viendo la escena. Al contrario del
anterior, el lector no cambia de cabeza a cada instante, y solo conoce los
pensamientos de algunos personajes con claridad, y el resto a través de esos
personajes y su visión. Eventualmente podría limitarse el punto de vista a sólo
un personaje, pero tiene casi todas las desventajas de una narración en primera
persona, salvo que se pueden contar hechos que están fuera del alcance del
personaje principal, de modo objetivo.
· Narrador en Segunda
Persona: Raramente usado, tuvo cierto auge hace un tiempo en novelas más
“literarias”, trata al protagonista como un “tú”. Algunas veces es como si el
narrador se estuviera relatando su propia historia, introduciendo mensajes como
“¿Por qué no corriste tras ella, por qué la dejaste escapar?”. También se usó
mucho cuando estuvieron de moda los libros de “Elige tu propia aventura”, en
los que el lector era en teoría el protagonista, y con este tipo de narración
se lograba esa identificación.
· Narrador No
Confiable: El narrador no confiable puede lograrse con diferentes tipos de los puntos
de vista expuestos arriba. Es un tipo que no nos dice las cosas tal cual son,
ya sea porque no las conoce o porque nos oculta u omite algo. Hay que tener
cuidado, eso sí, de no mentirle al lector, de no hacerle trampa y cambiar de un
narrador fiable a uno no confiable desde el mismo punto de vista. Christopher
Priest usa mucho la técnica del narrador no confiable, a veces narrando en primera
persona (como en “El Prestigio” y el diario de uno de los protagonistas, y el
punto de vista y presunciones del otro), a veces en tercera como en El Glamour,
pero sólo contándonos lo que el protagonista cree y ve, que no necesariamente
es lo que sucede realmente.
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