Metodología de la Investigación literaria
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Aunque el término retórica tiene una significación despectiva para aludir
al empleo de razones que no vienen al caso, su acepción más tradicional hace
referencia al arte de bien decir , de dar al lenguaje eficacia bastante para
persuadir, es decir, para influir sobre el pensamiento o la conducta de los
demás. Pese a la significación de la frase “no me venga usted con retóricas”,
la retórica será un arte tan honorable como lo sean las intenciones de quien
lo utiliza.
En la Antigüedad Clásica , Aristóteles, filósofo y maestro en la Atenas
del siglo V a. de C., enseñaba a sus discípulos a analizar las
distintas clases de discursos que podían ofrecerse a los diferentes
auditorios de acuerdo con la ocasión. Según Aristóteles, el verdadero maestro
debía ser capaz de ofrecer un discurso sobre el tema a un grupo de
ciudadanos, otro sobre el mismo tema al juez en su foro y un tercero con
ocasión de una ceremonia solemne.
A Aristóteles se debe el análisis de los factores que contribuyen a hacer
persuasivo el discurso y también la separación de los componentes de la
retórica en categorías , tipos de discurso , tipos de argumentación y tipos
de auditorio. Su obra “Retórica” ofrece una clasificación de los oradores, de
los discursos y de los diferentes efectos de éstos según la clase de
auditorio. Con algunos retoques, las observaciones aristotélicas han
perdurado hasta nuestros días y continúan siendo la base para la formación de
las grandes categorías en que se agrupan los elementos del proceso de la comunicación.
Veamos ahora lo que la persuasión exige del escritor:
1. Conocimiento del tema como requisito de credibilidad. La credibilidad
descansa en la habilidad de demostrar suficiente conocimiento del asunto,
interés en él y objetividad. Con ello se proyecta una personalidad que será
aceptada y respetada por el lector.
2. Argumentación plausible; es decir, que aporta razonamientos y pruebas
convincentes, que apela a la lógica y a la razón del lector. La lógica que
debe proporcionarse es solamente la necesaria para convencer al lector o los
lectores (de ahí la conveniencia de saber a quién se dirige el escrito).
El desarrollo del tema con propósito persuasivo podrá realizarse por :
Ø Inducción.
Ø Deducción.
Ø Prueba analógica.
El razonamiento inductivo
La tesis debe quedar aprobada mediante el uso de muestras
representativas; ejemplos, casos, instancias, datos. El número dependerá de
los lectores a quienes se dirija el ensayo.
El razonamiento deductivo
Es especialmente útil cuando se enfoca en un tema polémico porque la
deducción, al moverse del principio general a una conclusión válida que se
sigue del mismo, opera también como modo de inclinar al lector del lado de la
conclusión.
La prueba analógica
Consiste en relacionar o comparar algo desconocido para el lector con
algo que le es familiar y que le ofrece por ello una base segura y cómoda. El
tema se desarrolla profundizando en las semejanzas entre los objetos que se
comparan. Cuanto más incisivo el análisis, más fuerza persuasiva tendrá la
composición.
Argumentación polémica
Los pros y los contras. El tema controvertible o polémico exige en
su desarrollo ocuparse no sólo de la argumentación propia, sino de la
adversaria . Se precisa impugnar la opinión ajena para fortalecer la posición
o tesis propia.
Ignora el punto de vista de la oposición tiene poco sentido y ningún
mérito, pues no se puede aprobar la opinión propia ignorando la ajena. Cuando
se ponderan los argumentos adversarios y se les compara con los propios, se
puede apreciar el valor real de éstos y utilizar la argumentación de mayor
peso en la refutación de los primeros. Cuanto mayor sea el número de
argumentos contrarios que seamos capaces de destruir al presentar nuestra posición,
mayor fuerza tendrá ésta. La argumentación polémica exige una organización
del tema que permita la comparación y el contraste de cada razonamiento. Este
cotejo de los pros (argumento propio) y los contras (argumento adversario) es
uno de los pilares del método dialéctico. La mente oscila como un péndulo
entre un juicio y su contrario. La táctica de la argumentación es demoler las
aseveraciones contrarias.
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viernes, 9 de noviembre de 2018
ENSAYO III
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