metodos para hacer esquemas de novela
ESCUELA SUPERIOR DE ESCRITURA CREATIVA ONISSPERU
1. EL MÉTODO TRADICIONAL
Seguramente este sea el método que más
usamos todos. Se trata de ordenar lo que vamos a escribir en secciones,
normalmente capítulos. También hay quien divide por escenas, un
método que se asocia más a lo que se conoce como escaleta.
¿Qué es la escaleta?
Me alegro de que me lo preguntes. Bueno, no, no me alegro nada, porque
responder a eso ya pueden ser unas 500 palabras más en este artículo.
Veréis, la escaleta es una de esas
cosas misteriosas que, según a quien le preguntes, varía. Sí, una escaleta cinematográfica es algo muy claro
y definido. Pero ¿cómo aplicarlo a la escritura de una novela? En una simple
búsqueda en Google encontraréis como mínimo cuatro o cinco versiones
diferentes de cómo enfocar y realizar una escaleta narrativa. Pero suelen
coincidir en la división del texto por escenas, por lo que yo la incluiría en
este apartado.
En el fondo, todo vuelve a lo mismo: en
el método tradicional, se ordena la novela por secciones: ya sea por ideas
(ordenadas cronológicamente), pasos, capítulos o escenas. Es la forma más
utilizada. Yo la uso cuando escribo con otra persona, por pura supervivencia de
ambos. Para escribir en solitario, suele ser un método que utilizo a
posteriori, cuando ya tengo escritas todas las ideas y recortes y resúmenes
de escenas, para ordenar todo el barullo en mi cabeza.
Hay muchas maneras de aplicar este método. Es común usar
tarjetas, porque luego puedes cambiarlas de sitio y experimentar con un orden
diferente; además es una forma muy visual de tener toda tu trama delante. Con
programas como Scrivener, ni siquiera es
necesario tener tarjetas de papel, el programa te proporciona un tablón virtual
donde organizarte. También puedes usar un cuaderno, con una hoja por cada
capítulo (donde pondrás el resumen de escenas). Sospecho que esto explica por
qué gente como Gloria T. Dauden o Victoria
Álvarez está convirtiendo su casa en una sucursal de PaperBlanks.
Este método también ayuda mucho a los que
necesitamos controlar la extensiónde cada capítulo y de la obra en general,
por aquello de exigencias editoriales y facilidad de lectura.
2. LA SINOPSIS
Otro sistema bastante común. Es,
básicamente, hacer un resumen de tu novela. Aquí no te preocupes por
capítulos ni separación de escena, tiras millas y lo sueltas todo. Al tener una
cualidad más narrativa, menos estructurada, este sistema funciona mejor
para autores que sienten que las escaletas y similares ahogan su creatividad.
Esta sinopsis o resumen es para tu uso
particular, claro, pero es muy útil a la hora de componer las
sinopsis que tendrás que mandar a editoriales, agentes y etc. Saber
resumir tu obra de manera atractiva es una habilidad crucial para un escritor
que busque editor, o para un escritor que necesite hacer un poco de copywriting para embaucar atraer a su público.
Este ejercicio puede combinarse además
con el freewriting o escritura libre. Si todavía te
faltan partes de tu novela por decidir, puede liberar tu imaginación y actuar
como una tormenta de ideas dirigida, que te dejará mucho más claro todo lo que
no terminabas de encajar. Se parece un poco al método del borrador cero (que
veremos más adelante), pero la idea no es simplemente escribir todo lo
que pasa en tu texto, sino crear una sinopsis convincente y luego irla
desarrollando.
3. EL MÉTODO COPO DE NIEVE
Ya se ha hablado mucho de este método,
y aquí os dejo una explicación
pormenorizada de cómo se utiliza. Parte de una sinopsis
ultrarresumida (una sola frase) y la va ampliando, nivel a nivel, hasta ir
formando escenas, capítulos, etc. Imagínate una célula que se
multiplica, una y otra vez, creando un cuerpo complejo multicelular. O una
madriguera con dos conejos que se dedican a tener conejitos, que a su vez se
dedican a tener conejitos, que a su vez… Eso.
Lo bueno de este método es que le
proporciona una buena organización a todo el trabajo de creación previo: te
enseña a crear buenas hojas de personajes y otros recursos que sirven para
ampliar tu worldbuilding. Es muy útil para gente que gusta
de tenerlo todo muy estructurado y que trabaja con novelas con un orden bien
definido. No es apto para aquellos que necesitan cierta libertad
creativa durante el proceso de escritura, para los que trabajan con novelas
experimentales, vanguardistas ni para los que eligen la subcategoría
“posmodernismo” en Amazon*.
Otro aspecto interesante de este método es
que no solo sirve para planificar desde cero: también puede utilizarse
para darle estructura y coherencia a una novela ya escrita o en proceso.
4. EL MÉTODO DE LOS TRES ACTOS
Esto es lo que nos enseñan en el colegio: las novelas (y relatos)
se dividen en exposición (o introducción), nudo (o desarrollo) y desenlace (o
conclusión).
Es una estructura que sigue utilizándose, bien porque funciona o bien porque nos
hemos acostumbrado tanto a ella que ya cualquier otra cosa nos resulta un poco
extraña.
¿Cómo aplicarla a tu novela?
Hay mucho debate acerca de qué escenas meter en cada parte, de hasta dónde
llega cada una, etc., etc, etc., por la simple razón de que una de las formas
más comunes que tenemos los escritores de procrastinar es hablar y opinar sobre
escritura.
Lo que se resume en esto:
·
Con esta estructura, el primer cuarto de tu novela será el primer acto
(exposición). El último cuarto será el tercer acto (desenlace). El 50% que
queda en mitad será el segundo acto (nudo).
·
El primer acto necesita de tres elementos principales: 1) La escena de
apertura ya presenta al personaje, al entorno y al conflicto; 2) el evento
desencadenante ocurre pronto, y pone a tu personaje en el camino que lo llevará
al conflicto principal; y 3) el conflicto principal o primer punto de inflexión
se presentará al final del primer* acto. También se conoce a este punto
como el punto de no retorno para el personaje.
·
En el segundo acto, la acción deberá llegar a su clímax justo a la mitad. A
veces esto se conoce como inversión, porque lo cambia todo. El
segundo acto finaliza con un nuevo punto de inflexión.
·
El tercer acto llega a un nuevo clímax y finaliza con una resolución del
conflicto.
¿Complicado? Sí, pero muchas novelas
siguen este esquema tal cual (en novelas de fantasía, sobre todo, está
clarísimo). Es un sistema eficaz, un modo de mantener el interés del
lector y el buen ritmo. Creo que puedes adoptarlo si lo que buscas es
una lectura rápida y que se venda bien, pero estoy muy lejos de
considerarlo obligatorio. Mantener la tríada básica
exposición-nudo-desenlace puede ser importante, pero considero que todo lo
demás queda al gusto del autor. Recuerdo una reseña que leí a una buena novela
que se pasaba el esquema antes enumerado por sus partes más íntimas, y donde se
le criticaba, por ejemplo, que no presentase personaje, entorno y conflicto en
las primeras páginas. El reseñador estaba claramente enfadado porque no se
seguía un dictamen que le parecía indispensable (y esta es la razón por la que
es preferible que no te reseñen escritores).
Otro ejemplo que me parece interesante
es La cosecha de Samhein (ya, ya, tiro de lo que
mejor conozco, perdón), el primer libro de El ciclo de la luna roja.
Se le criticó que tardaba en enganchar, ya que no se presentaba el conflicto ya
en el primer capítulo. Y sí, es cierto, tarda en enganchar. Pero el juego de
empezar presentando tópicos de la literatura juvenil para luego darles la
vuelta al completo con la presentación de Rocavorancolia y el rollito
prejuegosdeljambre de “vamos a morir todos” a mí (y a muchos otros lectores) me
cautivó. Me pareció original. En este sentido, se sacrificó salida
comercial (enganchar al lector desde las primeras páginas, que no abandone el
libro) en aras de una mayor riqueza textual. ¿Arriesgado? Sí, desde luego.
No, este sistema no es indispensable. Es útil si quieres vender más libros
y tener enganchados a tus lectores, pero no es indispensable para hacer una
buena obra, os lo prometo.
Lo que sí podría ser indispensable (si
quieres vender más de tres libros), repito, es respetar la
clasificación básica: exposición, nudo, desenlace. Todo lo demás depende de
tus ganas de jugar al juego al que quieren jugar tus lectores (y pocos quieren
jugar al ajedrez, eso te lo aseguro).
5. EL MÉTODO DEL VIAJE DEL HÉROE
Basado en el estudio de mitos de Joseph Campbell, este método parte del
hecho de que muchos mitos comparten ciertos elementos (Propp también tiene
muchas teorías interesantes al respecto, como seguramente sabréis). Se supone
que puede haber hasta 17 pasos, pero el viaje del héroe se divide, en
su esquema más básico, también en la tríada aristotélico de
exposición-nudo-desenlace. Campbell define a estas tres secciones
como separación (o partida), iniciación y retorno.
Y se desarrolla así:
1. En la primera sección, el protagonista recibe
una llamada a la acción y la rechaza. Luego se encuentra con un mentor o
entidad sobrenatural y cruza a un mundo diferente. Así pasa a la segunda sección.
2. En la segunda sección, el protagonista sufre
todo tipo de pruebas y tentaciones, está a punto de morir o de perderlo todo y
entonces recibe una gran recompensa.
3. En la tercera sección, el protagonista debe
regresar al mundo normal y puede que allí tenga una gran persecución o
enfrentamiento, pero triunfa al final.
Aquí El ciclo de la luna roja también
realiza un juego interesante. La cosecha de Samhein es,
totalmente, sobre el encuentro de los personajes con el nuevo mundo mágico.
En Los hijos de las tinieblas, vemos todas las pruebas y tentaciones,
todas esas casi-muertes (o muertes a secas, ejem). En La sombra de la luna, esperamos, por tanto,
el regreso al mundo real y la batalla última, donde los héroes se enfrentan al
adversario.
Nos sabemos tanto esta estructura que nos
gusta cuando le dan un giro inesperado bien hecho. No quiero estropearle
a nadie el final, así que me limitaré a decir que en la tercera sección (La
sombra de la luna), este mandamiento se pone patas arriba.
Lo bueno de esta estructura, como veréis,
es que se sigue utilizando porque funciona, pero ese uso repetido
permite que el autor se tome libertades y juegue con las expectativas del
lector. Siempre que sepa hacerlo bien, claro, que trastocar fórmulas
ancestrales es un deporte peligroso.
“Una vez
trastoqué una fórmula ancestral y murieron todos mis hijos”.
Tanto en este método como en el anterior, no hay más que coger
estas fórmulas y ampliar esas bases para ir construyendo la novela poco a poco.
Esto, a su vez, puede hacerse de muchas maneras, aunque cualquier esquema
tradicional por capítulos o escenas puede servir.
6. EL MÉTODO DE LA PIRÁMIDE DE FREYTAG
La piramide de Freytag es otro método que
parte de estructuras reconocidas de narrativa y no es muy diferente de los
puntos anteriores. La novela se dividiría en los siguientes puntos:
1. Exposición: Se ofrecen los
datos más importantes para empezar a entender la obra.
2. Desarrollo: Comienza a
ampliarse la trama.
3. Punto decisivo: Una decisión
fundamental, una gran revelación… se trata de un momento de cambio importante.
4. Clímax (punto
culminante): El momento de mayor tensión, resultado del punto anterior.
5. Desenlace: El clímax va bajando
y vamos conociendo sus consecuencias.
6. Final: Se cierra la trama.
Por seguir con el ejemplo anterior, el
clímax de El ciclo de la luna roja estaría en el momento en
que sí, FINALMENTE, sale la dichosa luna que ha tenido tan preocupados a todos
los pobres niñitos perdidos en Rocavarancolia. Como es evidente, las
consecuencias de la salida de la luna serán las que acelerarán la acción en
dirección a una gran batalla que culminará en la resolución final. En
esta imagen de la Wikipedia podéis ver la representación gráfica de esta
estructura:
7. EL MÉTODO DEL BORRADOR CERO
Considerado el mejor método para aquellos
que gustan de ir por libre y no planificar nada, también se conoce como
borrador de descubrimiento. La idea es que vas descubriendo de qué va
tu novela conforme vas escribiendo un primer borrador resumido y guarro.
Este método es además fenomenal para cargarse inseguridades y bloqueos, porque
sabes que luego ya te tocará volver y convertir tu borrador en algo que merezca
la pena.
Según NowNovel, puede ser un
borrador muy extenso, incluso de 100 o 200 páginas. Sí, es casi un libro,
solo que te saltas los detalles, escribes rápido y dejas muchas notas
de cosas que luego tendrás que comprobar, documentar y ampliar (ya
sabéis, notas como: “investigar cuánto se tarda a caballo entre Neptuno y
Plutón”, “describir palacio de la reina de las hormigas mutantes” o “insertar
escena de doble penetración aquí”).
Lo bueno de este método del borrador
rápido para planificar tu novela es que descubrirás enseguida si hay
aspectos de tu trama que no se sostienen, sin tener que dedicarte luego a
una edición compleja y desquiciante para arreglar todos los problemas del libro
(si es que pueden arreglarse). Te encontrarás con posibles problemas antes de
ponerte a escribir el libro definitivo, y eso vale su peso en oro, aunque, al
ser un concepto abstracto, no pesa nada y por tanto esa es una comparación
realmente mala, Gabriella.
8. BONUS: ESCRIBIR DESDE EL CENTRO
Aparte de los siete métodos
propuestos, me gustaría exponeros otro del que ya os he hablado en
otras ocasiones, el método de James Scott Bell. Bell analizó un buen montón
de novelas clásicas y modernas de alta calidad y encontró que tenían algo en
común: la esencia de la trama se revelaba en el centro físico de la
novela, en un momento de reflexión (consciente o no) que él llama momento
del espejo. Para Bell, era evidente que estos escritores tenían muy
claro cuál era el corazón de su argumento y eso les facilitaba crear un texto
multicapa que realmente llegaba al lector.
Así que se planteó lo siguiente: ¿por
qué no empezar al revés? En vez de analizar cuál es la esencia de
nuestra novela una vez la hemos terminado, ¿por qué no encontrar esa
esencia y construir la novela alrededor? Os recomiendo muy muchísimo su
libro, donde detalla este método, pero os lo resumo aquí, muy brevemente.
Scott Bell expone dos métodos, uno para
escritores que gustan de planificar con orden y lógica, y otro para los que
escriben con brújula.
Para los planificadores:
Bell habla de signpost moments,
momentos clave o señal en la novela. Esta sería la estructura propuesta, compuesta
de estos momentos clave:
1. Problema de apertura: Cualquier
conflicto o problema, que se presenta ya en la primera escena.
2. Personaje afectivo: Presentación de
alguien que se preocupa por el protagonista, alguien importante para él/ella.
3. Argumento en oposición a
la transformación: El personaje expresa alguna idea o convicción que se habrá
transformado para cuando lleguemos al final de la novela. Es un punto que marca
el inicio de la transformación del personaje. Un ejemplo claro está en todas
esas novelas donde el personaje está loco/a por salir de su pueblo natal, pero
al final tiene unas ganas de volver a casa que no puede con ellas.
4. Se aproxima una tormenta. Debe de haber alguna
indicación de que todo no va a seguir tan tranquilito como hasta ahora.
5. Puerta de no retorno 1: Lanza al personaje a
los enfrentamientos del segundo acto (nudo).
6. Patada en la espinilla: Al intentar
avanzar y resolver el problema, el personaje se enfrenta a un nuevo problema
que le pone las cosas aún más difíciles.
7. El momento espejo. Este es un momento
clave en la estructura de Bell, ya que es el momento en que el personaje se
mira en el espejo (no literalmente, aunque también puede hacerse) y se pregunta
en qué se está convirtiendo, quién es. Este es el momento en que se refleja la
esencia de la trama, el corazón de tu obra. Es una clave autorreflexiva
fundamental, y para entenderla recomiendo, una vez más, que se lea el libro
completo de Bell.
8. Acaricia al perro. Aun metido en un
embrollo terrible, el personaje ayuda a alguien más débil, muestra su
humanidad. Considero que esto puede ser muy eficiente para provocarle un
poquito de empatía al lector, incluso hacia el personaje más despreciable.
9. Puerta sin retorno 2: El personaje
realiza un descubrimiento o encuentra una pista clave, que lo dirigirá
inevitablemente al enfrentamiento final.
10. Se acumulan tropas: El adversario, a
sabiendas de que el personaje ya se ha puesto en marcha, acumula
fuerzas/tropas/maldades en preparación.
11. Se apagan las luces: El momento más
oscuro para el personaje, en que parece que todo se ha perdido.
12. El factor Q: Llamado así en
honor al personaje Q en las aventuras de James Bond, que siempre le daba
artilugios que luego lo sacaban de los peores apuros. El personaje consigue salir
de ese momento oscuro del punto 11 usando alguna herramienta (física o
metafórica) que se le ha proporcionado al principio de la novela. Para esto
recomiendo que leáis este artículo de Víctor Selles en el blog de
Lecturonauta sobre el foreshadowing o la
anticipación en la narrativa.
13. La batalla final: ¿Superará el
personaje a su adversario (sea, también, una persona física o un conflicto
moral)? ¿Tomará las decisiones correctas?
14. Transformación: Normalmente el
último capítulo del libro nos muestra de algún modo lo que ha cambiado el
personaje, ya sea para bien o para mal. El tipo de transformación será lo que
más afectará al impacto emocional en el lector.
Y, para los escritores de brújula,
propone las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es tu personaje
principal? ¿Cuál es su problema?
2. ¿Tiene tu personaje
principal un defecto moral que está haciendo daño a otros?Si no es así, ¿puedes
otorgarle uno?
3. Una vez intregrado este
defecto, analiza qué lo ha causado. Métete a fondo en su trasfondo para
averiguar de dónde procede.
4. ¿Quieres terminar el
libro con un final positivo? Entonces, ¿cómo supera ese defecto y
se transforma? ¿Cómo será esa escena?
5. ¿Quieres escribir un
final oscuro? ¿Cómo encontrará tu personaje su oportunidad de transformarse y cómo
lo rechazará?
6. Y ahora, lo más difícil:
diseñar el momento espejo. Si tu personaje estuviera frente a un espejo, justo
a mitad de la novela, ¿qué se diría a sí mismo/a?***
Aunque me gusta la planificación, reconozco que estas preguntas de Bell me
han explicado mucho sobre la novela que ahora estoy corrigiendo. El hecho de
que el final parta, precisamente, de una decisión moral del personaje, me
proporciona una guía clara de cómo ha llegado hasta ese punto y me permite
dejárselo también un poco más claro al lector. Creo que estos conceptos que
expone Bell pueden servir también para novelas en proceso u obras ya
terminadas.
Ahí los tenéis, 7 (+1) métodos más
comunes (y posiblemente eficientes) para planificar una novela, basados en
estructuras de novelas y narraciones de gran éxito (ya sea comercial
y/o de calidad). Repito que podéis añadir a estos el método de Chandler Bolt, que además integra el
trabajo diario como herramienta indispensable. Como veis, escribir es
un acto libre y creativo, pero también puede beneficiarse de una construcción
deliberada y ordenada de trama. No dejéis de contarme en los comentarios
los métodos que habéis probado vosotros y cuáles os funcionan mejor.
Y ya veis, ya estoy en pie, habéis alejado de mí el dulce canto de sirena
de una cama tentadora (que, por cierto, sigue sin hacerse).
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