viernes, 12 de octubre de 2018

LA ESCALETA

La escaleta o cómo planificar una narración


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Por César Sánchez





La escaleta es un texto a medio camino entre la sinopsis argumental y la redacción definitiva de una novela, relato o guion. Consiste en un resumen de mayor extensión que la sinopsis en el que el argumento aparece ya con un cierto nivel de detalle y dividido en bloques de información que luego podremos convertir en los capítulos o escenas de la obra.

La principal ventaja de realizar un planificar de esta manera la narración es que nos permitirá pasar a la fase de escritura con garantías de que lo que escribamos no tendrá errores importantes de estructura, argumento o diseño de personajes que nos obliguen a una reescritura de toda la obra o de buena parte de ella o a desechar fragmentos ya escritos.

Por otro lado, la escaleta nos será de ayuda durante la redacción en el sentido de que al empezar cada capítulo o escena sabremos ya qué hemos de incluir en ese bloque de texto y qué incluirá el siguiente, y así la escritura resultará más sencilla.

Por ejemplo, si estás trabajando una novela de detectives, en la escaleta puedes haber indicado qué pistas irá encontrando el protagonista y en qué punto encontrará cada una, de manera que al empezar a escribir un capítulo ya sabrás qué descubre ahí el personaje y qué no. 

También nos permitirá maniobrar fácilmente de cara a lograr un ritmo adecuado y una buena progresión de la tensión dramática: por ejemplo, podemos usarla para comprobar cómo quedaría la narración suprimiendo o añadiendo escenas o cambiándolas de lugar. Asi, si detectamos que una escena ralentecerá el relato, podemos suprimirla o fusionarla con otra; si detectamos que una lo acelerará demasiado, extenderla y dividirla en dos; y si vemos que el clímax no está ubicado correctamente, adelantar o retrasar esa escena.

Podemos incluso hacerla servir para comprobar cómo quedaría contar los hechos en un orden distinto al cronológico: por ejemplo, podemos mover al inicio de la escaleta varios bloques de la mitad de la historia y observar qué efecto produciría narrar de esta manera (esto es, empezando la narración in medias res: aquí tienes un artículo sobre esta técnica).

Un ejemplo de cómo escribir una escaleta sería el siguiente. Si tenemos una sinopsis que empieza así:

Esteban es un funcionario que vive en Terrassa, una población cercana a Barcelona. Un día, al salir del trabajo, es secuestrado por error por el Frente de Liberación del Valle de Arán. Es llevado a un pueblo abandonado de los Pirineos y encerrado en el sótano de una vivienda en ruinas. Allí se le informa de lo siguiente: morirá en dos días si nadie paga su rescate: diez millones de euros en metálico.

... entonces el texto correspondiente de la escaleta podría ser el siguiente:

1. Esteban está tomando café con sus compañeros en el depósito de la grúa municipal donde trabaja. Mientras toma el café, les muestra un invento que ha hecho en casa con una lata de Coca-cola.

2. Ya de noche, Esteban sale de trabajar. Unos encapuchados bajan de una furgoneta y se abalanzan sobre él, pero resbalan en una mancha de grasa que hay en la acera y Esteban logra salir corriendo. Los encapuchados le persiguen, le alcanzan en un callejón, le dejan inconsciente y se lo llevan.

3. Esteban despierta en un zulo. Tres hombres le obligan a leer un mensaje en el que se exige a la Unión Europea que pague su rescate: diez millones de euros en metálico. Luego le pegan dos puñetazos en el estómago y lo dejan solo en la habitación.

Como ves, la escaleta, al igual que la sinopsis, se escribe de manera funcional: en tercera persona, con los verbos en presente, sin incluir descripciones ni diálogos y prescindiendo de cualquier tipo de adorno literario. Sigue siendo un resumen del argumento, pero detalla ya en cierta medida los escenarios, así como las acciones y la caracterización de los personajes. 

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