viernes, 12 de octubre de 2018

LA HISTORIA DENTRO DE LA HISTORIA

La historia dentro de la historia
o cómo combinar dos historias en una




En un artículo anterior explicábamos la estructura narrativa clásica. En el artículo de hoy iremos un paso más allá y explicaremos una manera algo más compleja de estructurar una narración. En ella ya no tendremos una única línea argumental, con su planteamiento, su desarrollo y su resolución, sino dos líneas argumentales, una dentro de la otra, cada una con su planteamiento, su desarrollo y su resolución.

Soldados de Salamina

Esta estructura, a la que podemos llamar la historia dentro de la historia, se emplea con frecuencia en todo tipo de obras narrativas. Así, la novela Soldados de Salamina, de Javier Cercas, el relato El cuento de Navidad de Auggie Wren, de Paul Auster, la película Titanic, de James Cameron, y el cómic El secreto del Unicornio (de Las aventuras de Tintín), de Hergé, son todas narraciones construidas con este armazón.

Cuando estructuramos una narración de esta manera, lo que hacemos es incluir, dentro de una historia, el relato de otra. Las dos historias pueden compartir personajes o escenarios, pero cada una transcurrirá en un tiempo distinto y su relato tendrá entidad propia. La segunda historia puede ser un suceso de años atrás que el protagonista de la primera esté investigando, o una historia de fantasía que aparezca contada en un libro que encuentre en algún lugar, o la peripecia de alguien que le sea explicada de viva voz por otro personaje. En cualquier caso, el relato de esta segunda historia ocupará una buena parte de la extensión total de la obra.

Así, en Soldados de Salamina, un escritor frustrado se obsesiona con un episodio poco conocido de la Guerra Civil Española y poco a poco se va haciendo con los detalles de lo sucedido; en El cuento de Navidad de Auggie Wren, un escritor de éxito tiene que enviar un cuento de Navidad a un periódico, pero no se le ocurre nada sobre lo que escribir, y entonces el estanquero de la esquina se ofrece para contarle algo que le sucedió a él un día de Navidad; en Titanic, un cazatesoros que busca una valiosa joya en el pecio del Titanic escucha de boca de una de las supervivientes el relato del naufragio; y en El secreto del Unicornio, el capitán Haddock le relata a Tintín la aventura que vivió uno de sus antepasados, el caballero de Hadoque. 

En un texto así estructurado, a cierto altura de la narración de la primera historia dejaremos ésta aparcada y comenzararemos el relato de la segunda. Ésta podrá estar narrada de un tirón, sin interrupciones, y entonces la estructura de la obra será una como la que muestra la siguiente figura...

La historia dentro de la historia (figura 1)

... o podemos hacer que, una vez empezado el relato de la segunda, se retome de vez en cuando el de la primera:

La historia dentro de la historia (figura 2)

En este último caso, una escaleta nos será de muchísima utilidad para encontrar la mejor manera de disponer las escenas en los tramos en los que los relatos de ambas historias avanzan en paralelo.

Lógicamente, ambas historias deberán estar relacionadas entre sí de alguna manera más allá del hecho de que una se cuente dentro de la otra. En caso contrario, la obra carecerá de unidad. Lo habitual es que la narración de la segunda historia les revele a los personajes de la primera alguna información importante que haga avanzar su historia.

Por ejemplo, en El secreto del Unicornio, el relato de la peripecia del caballero de Hadoque revela que hizo saltar por los aires un galeón cargado de monedas de oro y joyas, con lo que Tintín sabrá ahora que hay un fabuloso tesoro hundido en algún punto del océano. 

Otra manera de relacionar ambas historias es hacer que finalicen a la vez, esto es, que la segunda historia, en el momento de ser narrada, no tenga aún desenlace, y que éste se produzca con el suceso con el que se produce el de la primera.

La historia dentro de la historia (figura 2)

Esta variante da lugar a cierres de obra muy potentes, ya que en el tramo final de la narración se resolverán a la vez dos conflictos, uno de los cuales llevaría tiempo (años, posiblemente) latente, en espera de una resolución. Un buen ejemplo de obra estructurada de esta manera lo tenemos en la novela (y película) Lunas de hiel. Aquí tienes un resumen de su argumento

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